El cuerpo, puente al aquí y al ahora

Vivimos gran parte del tiempo en la mente: pensando, resolviendo, recordando, imaginando. Sin darnos cuenta, pasamos horas en un diálogo interno que nos aleja de lo que realmente está ocurriendo: este momento, este cuerpo, esta respiración.

El cuerpo, sin embargo, siempre está aquí. No viaja al pasado ni se adelanta al futuro. Nos espera, paciente, con toda su sabiduría. Volver al cuerpo es volver a la vida que está sucediendo ahora.

A través del Feldenkrais, el Movimiento Inteligente y el Pilates, podemos aprender a habitarlo de otra manera: con más atención, más suavidad y más respeto.
En estas prácticas, el movimiento no es solo una forma de ejercitar el cuerpo, sino una puerta para escucharnos. Cada gesto nos enseña algo: cómo estamos, qué necesitamos, dónde estamos apretando, qué podemos soltar.

Cuando nos movemos con conciencia, la mente se aquieta y las emociones se suavizan. Aparece una sensación de calma, de claridad, de estar presentes. No porque todo afuera cambie, sino porque cambiamos la forma en que estamos dentro de nosotros.

El cuerpo se vuelve entonces un refugio, un lugar seguro al que podemos volver una y otra vez para sentirnos vivos, sostenidos y en equilibrio.

Moverte con presencia es una manera de recordarte que ya estás donde necesitas estar: aquí y ahora.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *