Desde los huesos: el regreso a ti.

Hay cosas que nos sostienen sin que las veamos. Los huesos, por ejemplo, siempre han estado ahí, pero pocas veces los sentimos. Nos movemos, nos tensamos, nos adaptamos al mundo desde los músculos, y creemos que eso es todo. Pero cuando aprendemos a habitar nuestros huesos, algo cambia: la energía fluye distinto, la postura deja de ser una lucha y, poco a poco, volvemos a nosotros mismos.
En este texto te invito a explorar esa profundidad, a soltar la idea de que sostenerse es hacer fuerza, y a descubrir qué sucede cuando dejas que tus huesos te recuerden cómo es habitarte desde lo esencial.
Si pensamos en lo profundo del cuerpo, es claro que los huesos están más adentro que los músculos. Pero cuando estudiaba educación somática, me sorprendió descubrir que el esqueleto es quien realmente nos sostiene, y no los músculos, como siempre había creído.
Esa idea me cambió la perspectiva. Entenderlo me permitió liberar a mis músculos de un esfuerzo que no les corresponde, y con ello recuperar energía y vitalidad. Con el tiempo comprobé que esto sucede de forma natural cuando empezamos a conectar más con nuestros huesos.
Por otro lado, al estudiar a Wilhelm Reich, aprendí que la personalidad habita en los músculos. Ellos guardan memorias de nuestras vivencias, sobre todo las dolorosas, formando patrones de tensión que nos moldean, no solo en nuestra postura, sino también en nuestra forma de reaccionar al mundo.
¿Y los huesos?
Una vez leí una frase de Osho que decía: “La personalidad está en los músculos, y el alma está en los huesos”. En ese momento no la entendí del todo, pero hoy tiene un profundo sentido. Cada cuerpo es único y reconocible, pero si pusiéramos varios esqueletos en fila, ¿podríamos saber a quién pertenece cada uno? Lo más probable es que no. En esa profundidad ósea, todos somos esencialmente iguales.
En los huesos no hay historia personal, no hay máscara. Solo hay sostén, esencia y presencia. Quizás por eso, al habitarlos, nos acercamos a nuestra naturaleza más auténtica y libre.
Te invito a explorar tus huesos, a escuchar su sabiduría silenciosa y a descubrir quién eres más allá de las historias que te habitan.
Valentina González
«Como las raíces, los huesos nos sostienen en silencio, en lo profundo. Desde ahí, comienza el regreso a ti.»